Dislexia, hacia una intervención integral (Juan Cruz Ripoll) (online)

Aunque el estudio de la dislexia tiene más de 100 años de historia son muchas las cosas que desconocemos. No sabemos qué proporción de nuestro alumnado tiene dislexia. Los datos recogidos en hablantes de español ofrecen cifras entre el 2,2 % y el 15,2 % del alumnado y son escasísimos los datos sobre la prevalencia de la dislexia en catalán.

No sabemos con seguridad cuál es la causa de la dislexia y a veces, ni siquiera tenemos claro si debemos llamarla con ese nombre o hay que emplear otros como “trastorno del aprendizaje de la lectura” o “dificultad de aprendizaje de la lectura y la escritura”.

La dislexia se manifiesta con dificultades para el aprendizaje o un rendimiento muy bajo en las habilidades de lectura y escritura. No obstante, esos no son los únicos problemas que produce la dislexia, sino que suelen ir acompañados por un bajo rendimiento escolar y una minusvaloración personal, y son frecuentes las dificultades sociales, convertirse en víctimas de acoso escolar o los problemas de comportamiento.

Sin embargo, son muchas las mejoras que podemos conseguir con una detección temprana y realizando las intervenciones adecuadas y eso mejorará la calidad de vida y los logros del alumnado con dislexia. Los enfoques anteriores de intervención en dislexia se centraban en la corrección o mejora de los problemas de lectura y escritura. Actualmente, eso sigue siendo muy importante, pero resulta bastante restringido. Basta con ver las dificultades que he mencionado en los párrafos anteriores para darse cuenta de que la intervención en dislexia tiene que abarcar otras áreas: como acomodaciones para mejorar el aprendizaje o soporte emocional y social.